/ lunes 17 de febrero de 2020

Contrasentido | Las epidemias

La ajetreada época en la que vivimos nos obliga a realizar un sinfín de actividades para intentar sobrevivir. Las múltiples tareas hacen que nuestros pensamientos se dispersen solo entre nuestros quehaceres, así que creamos un mundo que supuestamente es inmune a las amenazas exteriores por ya tener lo suficiente con lo que nuestro cerebro nos dicta, es decir no nos damos el tiempo para ver alrededor y reflexionar sobre los problemas comunes.

En la actualidad nos enfrentamos a una epidemia llamada coronavirus o Covid-19 que a estas fechas tiene más de 50 mil personas infectadas en el mundo, con un potencial para seguir creciendo por su capacidad contagiosa. En cuestión de semanas el virus tiene presencia en todos los continentes, por lo que es considerado una amenaza mundial. Afortunadamente no es muy letal, pero eso no le quita sus posibilidades que pudiera convertirse en una pandemia con efectos catastróficos para la humanidad.

Se trabaja a marchas forzadas para encontrar alguna vacuna eficaz. Los científicos tienen como referencia el parecido molecular del virus a otros que ya fueron controlados. Sin embargo, cada día tenemos mutaciones más resistentes y contagiosas. Por lo anterior, sería interesante que los gobiernos y estados pusieran más atención en estos asuntos que ponen en riesgo la evolución de la humanidad. Estamos a tiempo de olvidarnos de las guerras y conflictos económicos entre las naciones para hacer un frente común contra las amenazas de pandemias y epidemias.

Igualmente, como ciudadanos responsables debemos ocuparnos de estos temas, dándoles la importancia que se merecen para que nos hagan reflexionar sobre su trascendencia y sobre todo para que salgamos de la burbuja en la que vivimos. Si en lo individual somos capaces de pensar y reflexionar que las epidemias nos pueden llegar, entonces vamos a emprender acciones concretas para prevenirlas y para ayudar desde diferentes áreas para lograr resolver los problemas. Muchas veces pensamos que no podemos hacer nada ante los problemas globales, pero un poco de empatía y solidaridad sumada de todos los habitantes de la tierra sería suficiente para tener un mundo mejor.

Las epidemias parece que hacen a los virus con una inteligencia social para lograr que sobrevivan y se aprovechen de la vulnerabilidad de la sociedad actual. Si bien es cierto que en China tienen una disciplina muy severa, el Covid-19 les ha pegado tan fuerte que han tenido que modificar sus costumbres cotidianas, seguramente que ese país asiático ya no será el mismo después de la amarga experiencia que les ha tocado vivir. Y en ese sentido como mexicanos nos toca reflexionar sobre si tenemos la capacidad para enfrentar esos problemas de salud pública. Sinceramente, creo que tanto al gobierno de México como a los ciudadanos nos hace falta mucho por aprender del tema, así que más vale que veamos la experiencia de China para entender el manejo de esas epidemias, porque tarde que temprano nos tocará algo similar y es mejor estar preparados con políticas públicas y con ciudadanos responsables.

La ajetreada época en la que vivimos nos obliga a realizar un sinfín de actividades para intentar sobrevivir. Las múltiples tareas hacen que nuestros pensamientos se dispersen solo entre nuestros quehaceres, así que creamos un mundo que supuestamente es inmune a las amenazas exteriores por ya tener lo suficiente con lo que nuestro cerebro nos dicta, es decir no nos damos el tiempo para ver alrededor y reflexionar sobre los problemas comunes.

En la actualidad nos enfrentamos a una epidemia llamada coronavirus o Covid-19 que a estas fechas tiene más de 50 mil personas infectadas en el mundo, con un potencial para seguir creciendo por su capacidad contagiosa. En cuestión de semanas el virus tiene presencia en todos los continentes, por lo que es considerado una amenaza mundial. Afortunadamente no es muy letal, pero eso no le quita sus posibilidades que pudiera convertirse en una pandemia con efectos catastróficos para la humanidad.

Se trabaja a marchas forzadas para encontrar alguna vacuna eficaz. Los científicos tienen como referencia el parecido molecular del virus a otros que ya fueron controlados. Sin embargo, cada día tenemos mutaciones más resistentes y contagiosas. Por lo anterior, sería interesante que los gobiernos y estados pusieran más atención en estos asuntos que ponen en riesgo la evolución de la humanidad. Estamos a tiempo de olvidarnos de las guerras y conflictos económicos entre las naciones para hacer un frente común contra las amenazas de pandemias y epidemias.

Igualmente, como ciudadanos responsables debemos ocuparnos de estos temas, dándoles la importancia que se merecen para que nos hagan reflexionar sobre su trascendencia y sobre todo para que salgamos de la burbuja en la que vivimos. Si en lo individual somos capaces de pensar y reflexionar que las epidemias nos pueden llegar, entonces vamos a emprender acciones concretas para prevenirlas y para ayudar desde diferentes áreas para lograr resolver los problemas. Muchas veces pensamos que no podemos hacer nada ante los problemas globales, pero un poco de empatía y solidaridad sumada de todos los habitantes de la tierra sería suficiente para tener un mundo mejor.

Las epidemias parece que hacen a los virus con una inteligencia social para lograr que sobrevivan y se aprovechen de la vulnerabilidad de la sociedad actual. Si bien es cierto que en China tienen una disciplina muy severa, el Covid-19 les ha pegado tan fuerte que han tenido que modificar sus costumbres cotidianas, seguramente que ese país asiático ya no será el mismo después de la amarga experiencia que les ha tocado vivir. Y en ese sentido como mexicanos nos toca reflexionar sobre si tenemos la capacidad para enfrentar esos problemas de salud pública. Sinceramente, creo que tanto al gobierno de México como a los ciudadanos nos hace falta mucho por aprender del tema, así que más vale que veamos la experiencia de China para entender el manejo de esas epidemias, porque tarde que temprano nos tocará algo similar y es mejor estar preparados con políticas públicas y con ciudadanos responsables.