/ jueves 14 de noviembre de 2019

Palco de Oro

El desorden administrativo en México


Considerando que la cosa pública tiene como base más importante la recaudación de impuestos, tanto para contar con un gobierno solvente como para que pueda realizar obras y acciones públicas de beneficio a la comunidad, ello en respuesta a los contribuyentes. Las tres esferas de gobierno federal Ejecutivo, Legislativo y Judicial se reparten los ingresos por impuestos sin recato alguno ni limitaciones ni acorde a lo que se dispone, ya que no existe una regla adecuada para determinar lo que a cada ámbito de gobierno le correspondería, me refiero a la esfera federal, estatal y municipal, para cumplir con su función pública pero, las cantidades de dinero público que reciben, en el caso de la esfera federal donde se queda el 80% del IVA y 100% del ISR, nunca han sido justificadas clara y públicamente para el conocimiento de la población, solo se sabe que los funcionarios perciben unos sueldos de sueño para la mayoría, sobre todo, jamás se ha conocido que se les pague limitado por falta de recursos, siempre se les ha pagado como un país millonario. La corrupción e ineficiencia ha sido siempre un clamor social. Nunca se ha dado a conocer que las estructuras de operación pública de cada esfera de gobierno están organizadas técnica y responsablemente apegadas a la eficaz forma de gobernar. Separado de las cantidades de recursos que se reparten entre cada esfera de gobierno y, que jamás los diputados federales han dicho algo sobre la razonable percepción salarial que deben de percibir cada uno por el supuesto trabajo legislativo y, en especial, sobre el reparto de los impuestos también de manera justa entre todos los que debe de repartirse, son las causas principales del desorden administrativo y, de la creación de millonarios que pasan por gobernantes en cada sexenio. Como ejemplo esta Estados Unidos, allá son como la mitad de diputados y ganan menos que los nuestros aquí en México, a pesar que allá son más del doble de habitantes, al parecer son como 250 millones y nosotros 120 según se tiene conocimiento.

En la actualidad, no se conoce nadie como gobierno estatal y municipal, así como en especial los diputados federales o estatales que intente hacer una propuesta equitativa del reparto de impuestos según el método que tenemos en el país, todo sigue estando igual como lo dejaron a modo los del PRI en 1980/81, 20% para repartir entre todos los 32 Estados del IVA y similares solo el 80%, más el 100% del ISR para el gobierno federal, por ello la gran mayoría de Alcaldes y Gobernadores tienen que andar de limosneros pidiendo apoyos al presidente de la república en turno para completar las exigencias sociales y las de ellos mismos, para cumplir con las obligaciones naturales y salir adelante. Como muestra de lo anterior, y como problema critico que sigue y está vigente, es el hecho de que, varios alcaldes del país se amotinaron en contra de AMLO exigiendo más dinero para sus municipios. El motivo de pedir aparentemente está justificado cuando dicen que lo hacen para sus municipios pero, por la forma de hacerlo demuestran que son una bola de grillos e ignorantes pues, es necesario que entiendan primero la estructura administrativa legal existente de repartir los recursos públicos que se captan, sobre la coordinación fiscal que se tiene pactada legalmente entre los estados con el gobierno federal, que por medio de cada uno de los Congresos Locales o Diputados Estatales acordaron, y aprobaron dejar al gobierno federal que fuera el único cobrador y repartidor de los impuestos estatales, así que, si los municipios no están de acuerdo en lo que les dan, deben de exigirle a sus diputados estatales que modifiquen los factores de distribución conjuntamente con los diputados federales y, en caso de que no lo logren, promover ante los mismos diputados locales, la rescisión del contrato de adhesión a la coordinación administrativa con el federal y, hacer lo que la constitución nos marca de facultades a cada quien, es decir, que los Estados y Municipios son autónomos para recibir las contribuciones de sus gobernados y, en su caso, que sean estos quienes le den su parte al federal como antes, cuando se tenía el método de ingresos mercantiles, de donde se le enviaba una parte al federal, cosa que hoy sigue estando en el limbo según se demuestra, ya que todos los alcaldes prefieren cargarle la mano al pueblo y por eso se dedican a inventar y aumentar impuestos vergonzantes cargándole la mano a los gobernados, por la ineptitud de promover una reparto más equitativo del IVA y otros relativos que se consideran repartibles, ya que el federal no reparte ni un centavo del ISR entre los estados y municipios.

La ignorancia y los miedos políticos a promover un reparto más justo de lo que pagamos los contribuyentes, ha cimentado un sistema de cargar más contribuciones al pueblo para que así el político prometedor pueda cumplir parte de sus promesas, de tal manera que un ciudadano mexicano común, tiene que ganar más o gastar la mayor parte de lo que gana en el pago de impuestos, tomando como punto de referencia el sueldo que se percibe aquí en México y, los precios de la mayoría de insumos de consumo general, que en su mayoría cuestan igual o más caros que en Estados Unidos, generando un efecto increíble pero cierto, donde el ciudadano o residente del otro lado necesita menos dinero para pagar los impuestos que los mexicanos en nuestro país. (Lo lamentable de todo esto es que se demuestra que a nadie le importa).

El desorden administrativo en México


Considerando que la cosa pública tiene como base más importante la recaudación de impuestos, tanto para contar con un gobierno solvente como para que pueda realizar obras y acciones públicas de beneficio a la comunidad, ello en respuesta a los contribuyentes. Las tres esferas de gobierno federal Ejecutivo, Legislativo y Judicial se reparten los ingresos por impuestos sin recato alguno ni limitaciones ni acorde a lo que se dispone, ya que no existe una regla adecuada para determinar lo que a cada ámbito de gobierno le correspondería, me refiero a la esfera federal, estatal y municipal, para cumplir con su función pública pero, las cantidades de dinero público que reciben, en el caso de la esfera federal donde se queda el 80% del IVA y 100% del ISR, nunca han sido justificadas clara y públicamente para el conocimiento de la población, solo se sabe que los funcionarios perciben unos sueldos de sueño para la mayoría, sobre todo, jamás se ha conocido que se les pague limitado por falta de recursos, siempre se les ha pagado como un país millonario. La corrupción e ineficiencia ha sido siempre un clamor social. Nunca se ha dado a conocer que las estructuras de operación pública de cada esfera de gobierno están organizadas técnica y responsablemente apegadas a la eficaz forma de gobernar. Separado de las cantidades de recursos que se reparten entre cada esfera de gobierno y, que jamás los diputados federales han dicho algo sobre la razonable percepción salarial que deben de percibir cada uno por el supuesto trabajo legislativo y, en especial, sobre el reparto de los impuestos también de manera justa entre todos los que debe de repartirse, son las causas principales del desorden administrativo y, de la creación de millonarios que pasan por gobernantes en cada sexenio. Como ejemplo esta Estados Unidos, allá son como la mitad de diputados y ganan menos que los nuestros aquí en México, a pesar que allá son más del doble de habitantes, al parecer son como 250 millones y nosotros 120 según se tiene conocimiento.

En la actualidad, no se conoce nadie como gobierno estatal y municipal, así como en especial los diputados federales o estatales que intente hacer una propuesta equitativa del reparto de impuestos según el método que tenemos en el país, todo sigue estando igual como lo dejaron a modo los del PRI en 1980/81, 20% para repartir entre todos los 32 Estados del IVA y similares solo el 80%, más el 100% del ISR para el gobierno federal, por ello la gran mayoría de Alcaldes y Gobernadores tienen que andar de limosneros pidiendo apoyos al presidente de la república en turno para completar las exigencias sociales y las de ellos mismos, para cumplir con las obligaciones naturales y salir adelante. Como muestra de lo anterior, y como problema critico que sigue y está vigente, es el hecho de que, varios alcaldes del país se amotinaron en contra de AMLO exigiendo más dinero para sus municipios. El motivo de pedir aparentemente está justificado cuando dicen que lo hacen para sus municipios pero, por la forma de hacerlo demuestran que son una bola de grillos e ignorantes pues, es necesario que entiendan primero la estructura administrativa legal existente de repartir los recursos públicos que se captan, sobre la coordinación fiscal que se tiene pactada legalmente entre los estados con el gobierno federal, que por medio de cada uno de los Congresos Locales o Diputados Estatales acordaron, y aprobaron dejar al gobierno federal que fuera el único cobrador y repartidor de los impuestos estatales, así que, si los municipios no están de acuerdo en lo que les dan, deben de exigirle a sus diputados estatales que modifiquen los factores de distribución conjuntamente con los diputados federales y, en caso de que no lo logren, promover ante los mismos diputados locales, la rescisión del contrato de adhesión a la coordinación administrativa con el federal y, hacer lo que la constitución nos marca de facultades a cada quien, es decir, que los Estados y Municipios son autónomos para recibir las contribuciones de sus gobernados y, en su caso, que sean estos quienes le den su parte al federal como antes, cuando se tenía el método de ingresos mercantiles, de donde se le enviaba una parte al federal, cosa que hoy sigue estando en el limbo según se demuestra, ya que todos los alcaldes prefieren cargarle la mano al pueblo y por eso se dedican a inventar y aumentar impuestos vergonzantes cargándole la mano a los gobernados, por la ineptitud de promover una reparto más equitativo del IVA y otros relativos que se consideran repartibles, ya que el federal no reparte ni un centavo del ISR entre los estados y municipios.

La ignorancia y los miedos políticos a promover un reparto más justo de lo que pagamos los contribuyentes, ha cimentado un sistema de cargar más contribuciones al pueblo para que así el político prometedor pueda cumplir parte de sus promesas, de tal manera que un ciudadano mexicano común, tiene que ganar más o gastar la mayor parte de lo que gana en el pago de impuestos, tomando como punto de referencia el sueldo que se percibe aquí en México y, los precios de la mayoría de insumos de consumo general, que en su mayoría cuestan igual o más caros que en Estados Unidos, generando un efecto increíble pero cierto, donde el ciudadano o residente del otro lado necesita menos dinero para pagar los impuestos que los mexicanos en nuestro país. (Lo lamentable de todo esto es que se demuestra que a nadie le importa).