Honores Patrios, Quiquimas
Este delta del río Colorado poblado por naciones: Cutyan, Hogiopa, Cucapah, territorio Quiquima viviendo en pleno Edén visita Kino en 1701, apreciando abundantes cosechas; difícil subsistir para modernistas; no obstante, fundaron Ciudad Lerdo en septiembre 16, 1874, al Sur del hoy Riíto.
Hecho consecuente a diagnóstico de recursos que realiza Jacobo Blanco en 1872 y emprende el hermosillense Guillermo Andrade comercializando cáñamo silvestre para industria cordelera, originando la Compañía Mexicana Agrícola Industrial y Colonizadora de Terrenos del Colorado; bautizan al poblado principal como: Ciudad Lerdo, que lució como hermosa villa de blanco caserío, sobre la mesa desértica, casi cuatro kilómetros de actual vía ferrocarrilera, Norte del poblado Luis Encinas Johnson.
Aquel día, en acto solemne de fundación se vitoreó a héroes de nuestra Independencia en voz del señor Y. Foncerrada, presidente de la compañía, expresando: “Este día de recuerdos gratos para nosotros, hijos de la República Mejicana que con el mayor regocijo, hoy aniversario de su gloriosa independencia, habiendo izado por primera vez en esta localidad, con los honores correspondientes nuestro pabellón tricolor, emblema o talismán precioso que nos hará estar siempre unidos, en consecuencia, fuertes y felices y al cual protestamos hacer respetar y sostener con nuestra sangre y esfuerzos unidos”. ¡Viva la República Mejicana! ¡Viva la Memoria de los héroes de nuestra Independencia! ¡Y viva nuestro digno Presidente! ¡Don Sebastián Lerdo de Tejada!”. Este texto copiado parcialmente del original, refiere presencia de 262 personas, con: 20 firmas; más 85 nombres de vecinos que no sabían firmar; nombre de 7 capitanes Cucapah, más 148 peones indígenas de rancherías vecinas; más presidente y secretario de la colonia.
Observamos noble intención en palabras, vistas también en hechos porque pronto dos filas de eucaliptos marcaban las cortas calles desde el pequeño embarcadero y subían serpenteando por la falda arenosa para llegar a una colina que remataba en una gran cruz al lado de una capilla, abrigándola a su pie abajo, el trazo para el atrio y un pequeño cementerio. Esta nueva ciudad localizada en distancia sobre aguas del Colorado, se indicó 64 millas a la frontera, a 53 través del río hasta la bocana y a 60 de Puerto Isabel.
Allí, generalmente los barcos de río hacían descanso saliendo del agotador arrastre de las mareas; surtían leña al vapor; intercambiaban correo, movían pasajeros y los viajeros tomaban tiempo batallando contra abundantes zancudos, intentando comer un tamal en vendimia del atracadero.
Ref. Puerto Isabel.
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