/ domingo 13 de septiembre de 2020

DESDE MI TRIBUNA

“Nueva normalidad” obligará a los ayuntamientos a organizar sus finanzas




La pandemia Covid-19 ha sido caldo de cultivo para generar crisis económica y de sanidad tanto en México como en el resto del mundo, sin embargo esto fue al principio; hoy la inestabilidad financiera ha golpeado fuertemente a otros sectores productivos.

Al leer los medios de comunicación especializados en finanzas, las notas no son nada alentadoras. Todos hablan de una caída en la banca, los gobiernos dejaron de recibir dinero, el mercado de bienes inmuebles se fue de picada al abaratar las viviendas, las iglesias sin las aportaciones de sus fieles y por si fuera poco, todo esto ha desencadenado una ola de trastornos emocionales.

El Covid-19 no sólo vino a afectar el estado de salud de muchos, también el mental, emocional y económico. Ante eso, el panorama para 2020 es desalentador cuando se trata de las inversiones que harán los gobiernos en materia de infraestructura, por eso los ayuntamientos deberán arrastrar el lápiz, ajustar su gasto y redireccionarlo en las principales necesidades de la ciudadanía.

La cobija es muy chiquita y por ende los gobiernos federal y estatal no podrán cobijar a todos los municipios y peor aún, estoy casi seguro que en los próximos meses estaremos viendo por correspondencia el ingreso de solicitudes de préstamo para hacerle frente a las finanzas, sin embargo no todos podrán ser aprobados ante la falta de disciplina financiera.

El presupuesto que haga tanto el Ejecutivo como los ayuntamientos deberá realizarse apegado a una “nueva normalidad”, priorizando las finanzas y las obras que se prometieron en campaña y a su vez todo aquello contemplado en el Plan de Desarrollo Municipal, sé que suena complicado pero ésta es la última oportunidad que tendrán para hacer y cerrar bien su administración.

Desde el Congreso del estado los legisladores estaremos siendo vigilantes de todos los presupuestos que lleguen y de ser necesario, se harán reajustes por el bien de los sonorenses. Este presupuesto no será de dispendio, será de ajustes y de obras.

“Nueva normalidad” obligará a los ayuntamientos a organizar sus finanzas




La pandemia Covid-19 ha sido caldo de cultivo para generar crisis económica y de sanidad tanto en México como en el resto del mundo, sin embargo esto fue al principio; hoy la inestabilidad financiera ha golpeado fuertemente a otros sectores productivos.

Al leer los medios de comunicación especializados en finanzas, las notas no son nada alentadoras. Todos hablan de una caída en la banca, los gobiernos dejaron de recibir dinero, el mercado de bienes inmuebles se fue de picada al abaratar las viviendas, las iglesias sin las aportaciones de sus fieles y por si fuera poco, todo esto ha desencadenado una ola de trastornos emocionales.

El Covid-19 no sólo vino a afectar el estado de salud de muchos, también el mental, emocional y económico. Ante eso, el panorama para 2020 es desalentador cuando se trata de las inversiones que harán los gobiernos en materia de infraestructura, por eso los ayuntamientos deberán arrastrar el lápiz, ajustar su gasto y redireccionarlo en las principales necesidades de la ciudadanía.

La cobija es muy chiquita y por ende los gobiernos federal y estatal no podrán cobijar a todos los municipios y peor aún, estoy casi seguro que en los próximos meses estaremos viendo por correspondencia el ingreso de solicitudes de préstamo para hacerle frente a las finanzas, sin embargo no todos podrán ser aprobados ante la falta de disciplina financiera.

El presupuesto que haga tanto el Ejecutivo como los ayuntamientos deberá realizarse apegado a una “nueva normalidad”, priorizando las finanzas y las obras que se prometieron en campaña y a su vez todo aquello contemplado en el Plan de Desarrollo Municipal, sé que suena complicado pero ésta es la última oportunidad que tendrán para hacer y cerrar bien su administración.

Desde el Congreso del estado los legisladores estaremos siendo vigilantes de todos los presupuestos que lleguen y de ser necesario, se harán reajustes por el bien de los sonorenses. Este presupuesto no será de dispendio, será de ajustes y de obras.