/ sábado 5 de diciembre de 2020

Inicia el tercer año

Pasaron 2 años desde que el actual presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, 2 años en que México sigue sin ser Venezuela, 2 años en que el dólar no ha llegado a 30 pesos por unidad, 2 años en que a pesar de la pandemia y la contracción de la economía global, México ha sabido mantenerse a flote.

Sin duda, el tercer año de gobierno será clave para consolidar una política económica, energética, laboral y social distinta a lo que se ha visto antes. Podrá ser de su gusto o no, pero a pesar de las deficiencias que todos los mandatarios tienen, la simpatía que mantiene con los ciudadanos continúa siendo considerablemente alta.

Muy a pesar de las constantes campañas en medios nacionales e internacionales, así como locales, estatales y nacionales, contra el mandatario, a pesar de columnistas, periodistas, expertos, empresarios y todo aquel que se intenta sumar al movimiento anti AMLO no han logrado conseguir el objetivo de impregnar en la sociedad un ambiente fatalista, en donde todos los días se resalta a toda hora la situación “deplorable” del país.

Por alguna razón, la jugada desesperada de “comunista y dictador” continúa, las personas y eruditos que alegan eso, deberían darse una vuelta por Corea del Norte para que puedan palpar como es una dictadura.

Eso es lo bonito de la libertad que sigue imperando en México, gracias a ello empresarios y medios de comunicación, así como opositores, pueden hablar y decir a toda hora que se vive en “una dictadura”, cuando si fuera así ni siquiera los ciudadanos pudieran saber que existen como opositores porque el régimen “dictatorial” no los dejaría.

¿Se imagina una dictadura en la que líderes opositores pueden salir en medios de comunicación, redes sociales y amenazar al presidente, hacer reuniones para “derrocarlo”, donde medios de comunicación sean contratados como mercenarios y golpistas olvidando el bien social y todo compromiso con la sociedad?

La batalla más importante y decisiva para los descendientes de los primeros hijos de México (todos los mexicanos) será 2024, pero sin duda 2021 los que no tienen intereses de por medio en la política, que no trabajan dentro del gobierno, quienes no son grandes empresarios que adeudan impuestos y no desean pagar, que no son dueños de medios de comunicación que viven a costa del erario o desean perpetrar algún familiar en el poder, deberán luchar todos los días contra quienes les intentan vender que ante las desgracias del pasado, devaluaciones, incremento de la delincuencia y cualquier fatalidad son consecuencia de 2 años de gobierno y no de toda una vida, donde ha imperado una clase política que hace todo por encimita para decir que cumplen, pero los desfalcos y pobreza han estado desde siempre.

Faltan muchas cosas por hacer, pero quienes metieron al país en devaluaciones, guerras contra la delincuencia y otras desgracias no pueden hacerlo mejor porque AMLO es el resultado de sus gestiones.


Pasaron 2 años desde que el actual presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, 2 años en que México sigue sin ser Venezuela, 2 años en que el dólar no ha llegado a 30 pesos por unidad, 2 años en que a pesar de la pandemia y la contracción de la economía global, México ha sabido mantenerse a flote.

Sin duda, el tercer año de gobierno será clave para consolidar una política económica, energética, laboral y social distinta a lo que se ha visto antes. Podrá ser de su gusto o no, pero a pesar de las deficiencias que todos los mandatarios tienen, la simpatía que mantiene con los ciudadanos continúa siendo considerablemente alta.

Muy a pesar de las constantes campañas en medios nacionales e internacionales, así como locales, estatales y nacionales, contra el mandatario, a pesar de columnistas, periodistas, expertos, empresarios y todo aquel que se intenta sumar al movimiento anti AMLO no han logrado conseguir el objetivo de impregnar en la sociedad un ambiente fatalista, en donde todos los días se resalta a toda hora la situación “deplorable” del país.

Por alguna razón, la jugada desesperada de “comunista y dictador” continúa, las personas y eruditos que alegan eso, deberían darse una vuelta por Corea del Norte para que puedan palpar como es una dictadura.

Eso es lo bonito de la libertad que sigue imperando en México, gracias a ello empresarios y medios de comunicación, así como opositores, pueden hablar y decir a toda hora que se vive en “una dictadura”, cuando si fuera así ni siquiera los ciudadanos pudieran saber que existen como opositores porque el régimen “dictatorial” no los dejaría.

¿Se imagina una dictadura en la que líderes opositores pueden salir en medios de comunicación, redes sociales y amenazar al presidente, hacer reuniones para “derrocarlo”, donde medios de comunicación sean contratados como mercenarios y golpistas olvidando el bien social y todo compromiso con la sociedad?

La batalla más importante y decisiva para los descendientes de los primeros hijos de México (todos los mexicanos) será 2024, pero sin duda 2021 los que no tienen intereses de por medio en la política, que no trabajan dentro del gobierno, quienes no son grandes empresarios que adeudan impuestos y no desean pagar, que no son dueños de medios de comunicación que viven a costa del erario o desean perpetrar algún familiar en el poder, deberán luchar todos los días contra quienes les intentan vender que ante las desgracias del pasado, devaluaciones, incremento de la delincuencia y cualquier fatalidad son consecuencia de 2 años de gobierno y no de toda una vida, donde ha imperado una clase política que hace todo por encimita para decir que cumplen, pero los desfalcos y pobreza han estado desde siempre.

Faltan muchas cosas por hacer, pero quienes metieron al país en devaluaciones, guerras contra la delincuencia y otras desgracias no pueden hacerlo mejor porque AMLO es el resultado de sus gestiones.