/ viernes 24 de septiembre de 2021

COMUNIDAD Y FAMILIA

Sin querer, queriendo


Hace unos días, en nuestra ciudad fuimos sorprendidos por el caso de un par de jovencitas que a altas horas de la noche se vieron envueltas en un accidente imprudencial en el que un vehículo aplastaba a una de ellas y que terminó costándole la vida. No imagino el dolor y el tormento de la joven que miró morir a su querida amiga y sin poder hacer nada por ella. Unos dicen que estaban bromeando, que quizás estaban en estado inconveniente; que el carro se aceleró de manera inesperada y prensó el cuerpo de la joven que se encontraba parada enfrente tan quitada de la pena. Yo tuve oportunidad de ver el video de ese incidente y es impresionante darse cuenta en lo frágil que es la vida y como las circunstancias pueden cambiar en un solo instante de distracción o descuido. Es muy triste y lamentable que una familia hoy ya no tiene a una de sus hijas, que una amiga hoy sufre la ausencia de su compañera por algo que cometió sin premeditarlo; y es necesario que todos tomemos el tiempo para reflexionar acerca de las cosas que hacemos cada día. Todo acto que cometemos tiene una consecuencia o reacción, todo lo que decimos tiene un efecto en los que escuchan nuestras palabras, no podemos ir por la vida justificándonos de manera “inocente”, como solía hacerlo el “Chavo del Ocho”, con las palabras: “Es que fue sin querer, queriendo”. Debemos reflexionar en lo mucho que afectamos a las personas que más nos aman, por no haber meditado las cosas, por no haber medido las consecuencias de la mentira, el robo, la infidelidad, el crimen, el chisme, la calumnia, el soborno y la corrupción, que sin duda han traído consecuencias graves al seno de nuestras familias. ¿Cuántos accidentes, cuántas pérdidas humanas, cuántos fracasos, cuántos divorcios, cuántos adictos se podrían evitar si meditáramos más sobre las consecuencias de nuestras acciones? Los mexicanos somos muy inteligentes y la sabiduría popular nos ha advertido a través de los dichos y refranes que debemos escoger el bien, comportarnos con prudencia y que los valores aplicados en nuestra vida diaria, siempre serán el mejor camino para vivir felices y tener éxito en la vida. La frase: “Sin querer, queriendo” nos habla de que al final de todo, sí hay una responsabilidad que tenemos que asumir por todo lo que hacemos, y esto, es lo que que debemos enseñarle a nuestros hijos e hijas; en vez de tratar de resolverles la vida y que escapen de las consecuencias de sus actos. Debemos tomar el tiempo para platicar con ellos y enseñarles a cuidarse más, a defenderse de los malos, a ser precavidos y ser más responsables en todo lugar a donde vayan. ¡¡Estoy segura que esto nos hará mucho bien a todos!!

Gracias por su compañía, y que Dios nos de entendimiento y prudencia.


Mtra. Elsa Oralia Cruz Guevara


Sin querer, queriendo


Hace unos días, en nuestra ciudad fuimos sorprendidos por el caso de un par de jovencitas que a altas horas de la noche se vieron envueltas en un accidente imprudencial en el que un vehículo aplastaba a una de ellas y que terminó costándole la vida. No imagino el dolor y el tormento de la joven que miró morir a su querida amiga y sin poder hacer nada por ella. Unos dicen que estaban bromeando, que quizás estaban en estado inconveniente; que el carro se aceleró de manera inesperada y prensó el cuerpo de la joven que se encontraba parada enfrente tan quitada de la pena. Yo tuve oportunidad de ver el video de ese incidente y es impresionante darse cuenta en lo frágil que es la vida y como las circunstancias pueden cambiar en un solo instante de distracción o descuido. Es muy triste y lamentable que una familia hoy ya no tiene a una de sus hijas, que una amiga hoy sufre la ausencia de su compañera por algo que cometió sin premeditarlo; y es necesario que todos tomemos el tiempo para reflexionar acerca de las cosas que hacemos cada día. Todo acto que cometemos tiene una consecuencia o reacción, todo lo que decimos tiene un efecto en los que escuchan nuestras palabras, no podemos ir por la vida justificándonos de manera “inocente”, como solía hacerlo el “Chavo del Ocho”, con las palabras: “Es que fue sin querer, queriendo”. Debemos reflexionar en lo mucho que afectamos a las personas que más nos aman, por no haber meditado las cosas, por no haber medido las consecuencias de la mentira, el robo, la infidelidad, el crimen, el chisme, la calumnia, el soborno y la corrupción, que sin duda han traído consecuencias graves al seno de nuestras familias. ¿Cuántos accidentes, cuántas pérdidas humanas, cuántos fracasos, cuántos divorcios, cuántos adictos se podrían evitar si meditáramos más sobre las consecuencias de nuestras acciones? Los mexicanos somos muy inteligentes y la sabiduría popular nos ha advertido a través de los dichos y refranes que debemos escoger el bien, comportarnos con prudencia y que los valores aplicados en nuestra vida diaria, siempre serán el mejor camino para vivir felices y tener éxito en la vida. La frase: “Sin querer, queriendo” nos habla de que al final de todo, sí hay una responsabilidad que tenemos que asumir por todo lo que hacemos, y esto, es lo que que debemos enseñarle a nuestros hijos e hijas; en vez de tratar de resolverles la vida y que escapen de las consecuencias de sus actos. Debemos tomar el tiempo para platicar con ellos y enseñarles a cuidarse más, a defenderse de los malos, a ser precavidos y ser más responsables en todo lugar a donde vayan. ¡¡Estoy segura que esto nos hará mucho bien a todos!!

Gracias por su compañía, y que Dios nos de entendimiento y prudencia.


Mtra. Elsa Oralia Cruz Guevara