/ viernes 5 de noviembre de 2021

COMUNIDAD Y FAMILIA

Tiempo para amar


A lo largo de muchos años he escuchado a las personas quejarse en relación al tiempo que tienen para hacer su vida. Algunas de las expresiones más frecuentes son: -Es que no tengo tiempo para eso, no me alcanza el tiempo para nada; o de plano otros dicen: Ojalá mi día tuviera 30 horas para alcanzar a realizar todas mis actividades. Estoy segura de que si el día tuviera más horas, aún así no nos alcanzaría, porque el problema no es el tiempo, sino la falta de sabiduría para administrarlo bien y para priorizar aquellas cosas que son realmente importantes de atender. Yo misma, he vivido así, porque en muchas ocasiones adquirí tantos compromisos profesionales y sociales, a tal grado que no podía parar de trabajar, era un compromiso tras otro; con lo que afectaba a mi familia, a mi matrimonio y hasta mi propia salud. El problema es que cuando el cansancio entra por la puerta de nuestra vida, por las ventanas salen la fe, la esperanza, el amor, la atención, la ternura, la generosidad, el ánimo, la salud.

Mi papá siempre me advertía con estas palabras: -“El que mucho abarca, poco aprieta hija”, lo que significa que cuanto más ocupados estamos, somos menos efectivos y claro que podemos descuidar aspectos medulares para continuar viviendo equilibradamente. El antiguo rey sabio Salomón, escribió que todo tiene su momento oportuno; que hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para amar, y un tiempo para odiar. La cruda realidad es que no podemos culpar a otros por no aprovechar bien nuestro tiempo, nosotros tenemos la facultad de elegir, de delegar, de soltar, y de descansar. He visto a personas exitosas morir solas en una cama de hospital, con mucho dinero pero sin nadie que los ame, he visto a matrimonios muy hermosos sufrir descalabros por la pobre inversión de tiempo que tuvieron hacia el cónyuge; he visto también a jóvenes con tanto talento y potencial, vivir sin ton ni son, por no saber administrar su tiempo para prepararse y cultivarse, he visto a pequeños vivir dentro de sus hogares, pero en estado de orfandad.

Muchas personas están siendo arrastradas por la tecnología, las redes sociales y las aplicaciones que cada día absorben más nuestro tiempo, pero debemos ser muy cuidadosos de que estos dispositivos, no nos quiten el tiempo para amar a nuestros amigos y a nuestra familia. La pandemia del Covid 19, nos ha brindado la oportunidad de repensar en la importancia de aprovechar el tiempo oportuno para todo, ese tiempo que hubiera deseado aquel esposo cuya mujer ingresó al hospital y solo tuvo oportunidad de alcanzar su cadáver en el crematorio antes de ser incinerada, o aquellos padres cuyo hijo estudiaba en el extranjero y como no quiso ni vacunarse ni ir al hospital cuando empezó a enfermar, solo tuvieron que esperar para recibir sus cenizas en la embajada. Ojalá aprendamos bien esta lección. Para amar y hacer sentir amado a nuestro cónyuge y a nuestros hijos, se requiere invertir tiempo, un tiempo que quizás no nos reditué financieramente, pero que nos enriquece por sobre todas las cosas porque nos fortalecen y nos unen para toda la vida. Invierta tiempo para amar, para abrazar, para conversar, para planear, para animar, ¡aproveche bien su tiempo oportuno!

Muchas gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!


Mtra. Elsa Cruz Guevara


Tiempo para amar


A lo largo de muchos años he escuchado a las personas quejarse en relación al tiempo que tienen para hacer su vida. Algunas de las expresiones más frecuentes son: -Es que no tengo tiempo para eso, no me alcanza el tiempo para nada; o de plano otros dicen: Ojalá mi día tuviera 30 horas para alcanzar a realizar todas mis actividades. Estoy segura de que si el día tuviera más horas, aún así no nos alcanzaría, porque el problema no es el tiempo, sino la falta de sabiduría para administrarlo bien y para priorizar aquellas cosas que son realmente importantes de atender. Yo misma, he vivido así, porque en muchas ocasiones adquirí tantos compromisos profesionales y sociales, a tal grado que no podía parar de trabajar, era un compromiso tras otro; con lo que afectaba a mi familia, a mi matrimonio y hasta mi propia salud. El problema es que cuando el cansancio entra por la puerta de nuestra vida, por las ventanas salen la fe, la esperanza, el amor, la atención, la ternura, la generosidad, el ánimo, la salud.

Mi papá siempre me advertía con estas palabras: -“El que mucho abarca, poco aprieta hija”, lo que significa que cuanto más ocupados estamos, somos menos efectivos y claro que podemos descuidar aspectos medulares para continuar viviendo equilibradamente. El antiguo rey sabio Salomón, escribió que todo tiene su momento oportuno; que hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: Un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse; un tiempo para amar, y un tiempo para odiar. La cruda realidad es que no podemos culpar a otros por no aprovechar bien nuestro tiempo, nosotros tenemos la facultad de elegir, de delegar, de soltar, y de descansar. He visto a personas exitosas morir solas en una cama de hospital, con mucho dinero pero sin nadie que los ame, he visto a matrimonios muy hermosos sufrir descalabros por la pobre inversión de tiempo que tuvieron hacia el cónyuge; he visto también a jóvenes con tanto talento y potencial, vivir sin ton ni son, por no saber administrar su tiempo para prepararse y cultivarse, he visto a pequeños vivir dentro de sus hogares, pero en estado de orfandad.

Muchas personas están siendo arrastradas por la tecnología, las redes sociales y las aplicaciones que cada día absorben más nuestro tiempo, pero debemos ser muy cuidadosos de que estos dispositivos, no nos quiten el tiempo para amar a nuestros amigos y a nuestra familia. La pandemia del Covid 19, nos ha brindado la oportunidad de repensar en la importancia de aprovechar el tiempo oportuno para todo, ese tiempo que hubiera deseado aquel esposo cuya mujer ingresó al hospital y solo tuvo oportunidad de alcanzar su cadáver en el crematorio antes de ser incinerada, o aquellos padres cuyo hijo estudiaba en el extranjero y como no quiso ni vacunarse ni ir al hospital cuando empezó a enfermar, solo tuvieron que esperar para recibir sus cenizas en la embajada. Ojalá aprendamos bien esta lección. Para amar y hacer sentir amado a nuestro cónyuge y a nuestros hijos, se requiere invertir tiempo, un tiempo que quizás no nos reditué financieramente, pero que nos enriquece por sobre todas las cosas porque nos fortalecen y nos unen para toda la vida. Invierta tiempo para amar, para abrazar, para conversar, para planear, para animar, ¡aproveche bien su tiempo oportuno!

Muchas gracias por su compañía y ¡hasta la próxima!


Mtra. Elsa Cruz Guevara