/ domingo 28 de abril de 2024

LA VID Y EL SARMIENTO

La viña es una de las plantas más apreciadas y mencionadas en la Sagrada Escritura desde los tiempos del patriarca Noé. Es la única planta que tiene un nombre para el tronco (vid) y otro para las ramas (sarmientos) y es el cultivo que da origen al vino símbolo de la alegría y fiesta. Jesucristo toma esta analogía y dice: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos”.

Jesucristo es la vid verdadera que da la vida autentica, la que proviene de Dios y encuentra su raíz y su fuente en el padre quien es el viñador el que corta las ramas que han decidido no dar fruto y limpia a los que pueden dar más fruto como padre exigente que no permite que el hijo se conforme en la mediocridad viviendo sin esfuerzo y servicio a los demás, por eso el padre la poda y limpia del egoísmo conformista.

“Así como los sarmientos están unidos a la vid, de igual modo ustedes me pertenecen” expresión que se refiere a un pertenecer desde el sentido biológico o plenamente vital y no un tipo de relación teórica, imaginaria o simbólica. La imagen de la Vid sirve para identificar al pueblo de Dios desde una visión de esposos como expresión del hecho que Dios busca el amor de la criatura que quiere entrar en relación con El. Permanecer expresa con gran eficacia que la vida cristiana es misterio de comunión con Jesús, no se puede pretender ser cristiano si no seguimos los misterios de la vida y obra de Cristo.

Desde el día de nuestro bautismo es cuando nuestras vidas se unieron a la Vid que es Cristo, para crecer, desarrollar y dar fruto con la Savia que inyecta la iglesia en nuestra vida a través de la Gracia de los Sacramentos, sobre todo la Santa Eucaristía. Pero un sarmiento desprendido de la Vid que es Cristo muere y le es imposible dar fruto convirtiéndose en una rama seca y estéril. En el discípulo de Jesús debe correr la savia del maestro, porque separado de Cristo el discípulo no puede hacer nada, por eso el pertenecer es escuchar su palabra pues de su enseñanza proviene la fuente de la que han de beber ya que su palabra es espíritu y verdad.

ANALISIS PERSONAL

Desde una perspectiva social y tomando este pasaje Evangélico de la Vid y los Sarmientos le podemos dar una interpretación del sentido de pertenencia que adolece y carece nuestra sociedad actual, bajo la bandera de libertad y libre pensamiento o bajo frases socialistas de romper cadenas, hemos desfigurado el concepto de pertenecer a alguien sea persona, familia, creencia o partido político. Por ejemplo: el sentido de pertenencia en la pareja cada vez es menos y se refleja en alto índice de divorcios, el concepto familia también se sea fragmentado y fácilmente uno abandona, descuida el vínculo familiar. Desde la perspectiva de Fe cada vez es menos el interés de pertenecer de manera convencida a una iglesia o religion y políticamente ni se diga de tanto chapulín que cambia de color a color buscando huesos o robando hueso, sin convicción personal o social.

La viña es una de las plantas más apreciadas y mencionadas en la Sagrada Escritura desde los tiempos del patriarca Noé. Es la única planta que tiene un nombre para el tronco (vid) y otro para las ramas (sarmientos) y es el cultivo que da origen al vino símbolo de la alegría y fiesta. Jesucristo toma esta analogía y dice: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos”.

Jesucristo es la vid verdadera que da la vida autentica, la que proviene de Dios y encuentra su raíz y su fuente en el padre quien es el viñador el que corta las ramas que han decidido no dar fruto y limpia a los que pueden dar más fruto como padre exigente que no permite que el hijo se conforme en la mediocridad viviendo sin esfuerzo y servicio a los demás, por eso el padre la poda y limpia del egoísmo conformista.

“Así como los sarmientos están unidos a la vid, de igual modo ustedes me pertenecen” expresión que se refiere a un pertenecer desde el sentido biológico o plenamente vital y no un tipo de relación teórica, imaginaria o simbólica. La imagen de la Vid sirve para identificar al pueblo de Dios desde una visión de esposos como expresión del hecho que Dios busca el amor de la criatura que quiere entrar en relación con El. Permanecer expresa con gran eficacia que la vida cristiana es misterio de comunión con Jesús, no se puede pretender ser cristiano si no seguimos los misterios de la vida y obra de Cristo.

Desde el día de nuestro bautismo es cuando nuestras vidas se unieron a la Vid que es Cristo, para crecer, desarrollar y dar fruto con la Savia que inyecta la iglesia en nuestra vida a través de la Gracia de los Sacramentos, sobre todo la Santa Eucaristía. Pero un sarmiento desprendido de la Vid que es Cristo muere y le es imposible dar fruto convirtiéndose en una rama seca y estéril. En el discípulo de Jesús debe correr la savia del maestro, porque separado de Cristo el discípulo no puede hacer nada, por eso el pertenecer es escuchar su palabra pues de su enseñanza proviene la fuente de la que han de beber ya que su palabra es espíritu y verdad.

ANALISIS PERSONAL

Desde una perspectiva social y tomando este pasaje Evangélico de la Vid y los Sarmientos le podemos dar una interpretación del sentido de pertenencia que adolece y carece nuestra sociedad actual, bajo la bandera de libertad y libre pensamiento o bajo frases socialistas de romper cadenas, hemos desfigurado el concepto de pertenecer a alguien sea persona, familia, creencia o partido político. Por ejemplo: el sentido de pertenencia en la pareja cada vez es menos y se refleja en alto índice de divorcios, el concepto familia también se sea fragmentado y fácilmente uno abandona, descuida el vínculo familiar. Desde la perspectiva de Fe cada vez es menos el interés de pertenecer de manera convencida a una iglesia o religion y políticamente ni se diga de tanto chapulín que cambia de color a color buscando huesos o robando hueso, sin convicción personal o social.