El patriotismo en el hogar
En los próximos días todo México se llenará de colores, de música, de sus más exquisitos sabores y de un sentimiento de orgullo por la conmemoración del 209 aniversario del inicio de nuestra Independencia, que si bien es cierto en esta ocasión será un tanto diferente debido a los protocolos de salud por el Covid-19, pero no dudamos que en nuestra localidad haya muchas familias que se reúnan a lanzar gritos de fervor mexicano, bailaran al son del jarabe tapatío y celebrarán que somos un pueblo libre gracias a los muchos hombres y mujeres que no se conformaron a la imposición de otras naciones que quería decidir los destinos de nuestro pueblo.
El patriotismo es ese amor a la patria, aquello que nos lleva a amar a nuestra nación y también a adquirir compromisos y obligaciones como ciudadanos para poder contribuir en la construcción de nuestro país. El patriotismo nos inspira a ser ciudadanos propositivos y que desde nuestra vida personal, laboral y familiar estemos comprometidos con cumplir nuestros roles sociales para hacer que México sea más grande.
Hemos visto en los últimos años cómo México se ha venido deteriorando en muchos aspectos, vemos a la familia, al tejido social y a las instituciones y como muchos de ellos se han corrompido, dejando de lado la justicia, la paz y el orden por buscar su bien en lugar de buscar lo mejor para todos, en especial para los más desvalidos.
Debemos recordar que, como hijos de esta patria, todo lo que hacemos o dejamos de hacer cada día con esto estamos afectando a México. Es necesario que reflexionemos en cómo desde nuestra casa le estamos enseñando a nuestros hijos no nada más con las palabras, sino con el ejemplo, aquellos valores o antivalores, qué es lo que ellos aprenden de nosotros sus padres y cómo ellos aprenden a amar a México.
Si nosotros vemos que nuestros hijos se están yendo por la vía exprés de ganancias deshonestas, por la vía de la delincuencia, qué estamos haciendo para evitarlo o para reconducirlos en la integridad, en la justicia, en la paz, en la honra y en la rectitud que tanto nos hace falta en nuestro país.
A mí me encanta escuchar y entonar las hermosas notas de nuestro Himno Nacional y especialmente me gusta mucho el párrafo que dice que el destino de México fue escrito por el dedo de Dios, lo que nos declara que Dios tiene sus ojos puestos en México, que el cielo ha trazado un futuro de bienestar y progreso para nuestra nación y no debemos conformarnos con menos.
México es un país precioso, hermoso y lleno de riquezas naturales y humanas y cuando me he encontrado en otras naciones, me encanta ver en las embajadas mexicanas cómo ondea mi Bandera, esa Bandera que me representa ante el mundo y a las muchas vidas que tuvieron que ser ofrendadas para yo pueda disfrutar libertad, de los derechos que tengo como ciudadana y el sentirme orgullosa de mis raíces. Bien lo escribió José “Pepe” Guízar en su canción: “¡Como México no hay dos!”, eso es muy cierto, pero no podemos olvidar que todos tenemos esa responsabilidad de contribuir para que México sea más grande.
Yo los invito a que, en esta semana previa al Día de la Independencia, vivamos las fiestas patrias con orgullo y alegría en nuestros hogares, hablemos a nuestros hijos de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos de aportarle a nuestra nación lo mejor que tenemos y lo mejor que podemos hacer para que tengamos un México de paz, de justicia, de amor, de integridad, de orden y de unidad en la familia.
¡Celebremos a la patria, pero también seamos mejores mexicanos cada día!
¡Gracias por su amable compañía… y que viva México!
elsitacruzita@gmail.com
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