/ viernes 12 de febrero de 2021

COMUNIDAD Y FAMILIA

Amor al dinero




Ayer por la mañana escuchaba las noticias nacionales y hablaban del incremento de delitos de extorsión y de fraude por la vía del internet. La Policía cibernética mencionó que, a consecuencia de la pandemia, han aumentado las personas que navegan en el ciberespacio ya sea desde su celular, su tableta o desde su computadora y advertía que en los últimos meses el número de víctimas ha aumentado de manera alarmante, pues las modalidades son muy variadas que van desde la venta de artículos inexistentes hasta la demanda de grandes cantidades de dinero para que no se divulguen fotos o videos comprometedores de los usuarios. Yo pensaba en que posiblemente las cifras de víctimas son mucho más altas debido a que pocas personas conocen de existencia de la Policía cibernética y quizás no tienen ni idea de cómo acceder a las autoridades a fin de protegerse y/o recuperar lo que perdieron por causa de estas prácticas. Me he preguntado: ¿Cuál será la razón más poderosa para que las personas busquen cualquier medio para obtener dinero? ¿Será la necesidad, la codicia, la maldad o el amor al dinero? Recuerdo una frase que estoy segura mis estimados lectores, todos hemos escuchado en algún momento de nuestra vida: “¡Raíz de todos los males es el amor al dinero!”.

Esta expresión se refiere a que cuando una persona ama al dinero, puede causar todo tipo de acciones malvadas. No estoy diciendo que el dinero sea bueno o malo en sí, sino que son las personas que lo utilizan, que determinan cómo conseguirlo y qué hacer con él, lo que convierte al dinero en algo bueno o malo.

Cuando una persona ama al dinero, convierte al dinero en su amo, tanto así que podría robar, malversar, mentir o incluso matar, para obtenerlo.

Amar al dinero también significa que éste es su prioridad, que todas sus fuerzas y su atención estarán enfocadas a obtenerlo, ya sea de manera honesta a través de jornadas larguísimas de trabajo sin descanso, pero sacrificado el tiempo de su familia, quienes por cierto, podrán tener todas sus necesidades satisfechas, pero un corazón vacío porque no pueden disfrutar de su presencia. También podemos decir que cuando el dinero es la prioridad de una persona, pero lo quiere obtener de manera, rápida, sin tanto esfuerzo ni tanta espera, entonces es fácil que lo busque de manera deshonesta, cometiendo actos ilícitos, dañando a quien sea y en donde sea. Desafortunadamente, son muchos los jóvenes que cada vez más caen en este estilo de vida, ¡qué lástima!

Es en estos tiempos difíciles, en los que necesitamos practicar más la honestidad y reforzar la cultura del esfuerzo, nuestros jóvenes necesitan aprender que lo obtenido de manera decente y honesta, dura más tiempo y se disfruta con la familia. Necesitan aprender que lo que debemos hacer es amar a las personas y usar el dinero, en lugar de amar el dinero y usar a las personas. Nuestros hijos e hijas necesitan aprender a ser honestos desde pequeños, lo que significa que los llevemos a decidir que en familia vamos a conducirnos con rectitud, justicia y honradez frente a los desafíos que nos plantea la realidad; quiere decir que no vamos a mentir, robar, engañar o hacer trampa, aun cuando esto nos pueda producir algún beneficio. Debemos asegurarnos que nuestras siguientes generaciones no se conformen con arrebatar las ganancias de otros, sino enseñarles a producir el dinero al aprovechar sus talentos y su creatividad, de manera que el dinero les provea de bienestar, alegría y satisfacciones en vez de calamidades y vergüenza. Vigilemos lo que nuestros hijos reciben y envían cuando están usando sus dispositivos electrónicos, debemos enseñarles a respetar la integridad de los demás y no tomar ventaja de los más vulnerables, para que algo tan provechoso como el internet, no se convierta en un peligro para ellos.

Por último, mis queridos lectores, les dejo con un pensamiento desafiante de la querida Mafalda: “La honestidad es un regalo muy caro, no lo esperes de gente barata.”

Gracias por su amable compañía y… ¡hasta la próxima!

elsitacruzita@gmail.com

Amor al dinero




Ayer por la mañana escuchaba las noticias nacionales y hablaban del incremento de delitos de extorsión y de fraude por la vía del internet. La Policía cibernética mencionó que, a consecuencia de la pandemia, han aumentado las personas que navegan en el ciberespacio ya sea desde su celular, su tableta o desde su computadora y advertía que en los últimos meses el número de víctimas ha aumentado de manera alarmante, pues las modalidades son muy variadas que van desde la venta de artículos inexistentes hasta la demanda de grandes cantidades de dinero para que no se divulguen fotos o videos comprometedores de los usuarios. Yo pensaba en que posiblemente las cifras de víctimas son mucho más altas debido a que pocas personas conocen de existencia de la Policía cibernética y quizás no tienen ni idea de cómo acceder a las autoridades a fin de protegerse y/o recuperar lo que perdieron por causa de estas prácticas. Me he preguntado: ¿Cuál será la razón más poderosa para que las personas busquen cualquier medio para obtener dinero? ¿Será la necesidad, la codicia, la maldad o el amor al dinero? Recuerdo una frase que estoy segura mis estimados lectores, todos hemos escuchado en algún momento de nuestra vida: “¡Raíz de todos los males es el amor al dinero!”.

Esta expresión se refiere a que cuando una persona ama al dinero, puede causar todo tipo de acciones malvadas. No estoy diciendo que el dinero sea bueno o malo en sí, sino que son las personas que lo utilizan, que determinan cómo conseguirlo y qué hacer con él, lo que convierte al dinero en algo bueno o malo.

Cuando una persona ama al dinero, convierte al dinero en su amo, tanto así que podría robar, malversar, mentir o incluso matar, para obtenerlo.

Amar al dinero también significa que éste es su prioridad, que todas sus fuerzas y su atención estarán enfocadas a obtenerlo, ya sea de manera honesta a través de jornadas larguísimas de trabajo sin descanso, pero sacrificado el tiempo de su familia, quienes por cierto, podrán tener todas sus necesidades satisfechas, pero un corazón vacío porque no pueden disfrutar de su presencia. También podemos decir que cuando el dinero es la prioridad de una persona, pero lo quiere obtener de manera, rápida, sin tanto esfuerzo ni tanta espera, entonces es fácil que lo busque de manera deshonesta, cometiendo actos ilícitos, dañando a quien sea y en donde sea. Desafortunadamente, son muchos los jóvenes que cada vez más caen en este estilo de vida, ¡qué lástima!

Es en estos tiempos difíciles, en los que necesitamos practicar más la honestidad y reforzar la cultura del esfuerzo, nuestros jóvenes necesitan aprender que lo obtenido de manera decente y honesta, dura más tiempo y se disfruta con la familia. Necesitan aprender que lo que debemos hacer es amar a las personas y usar el dinero, en lugar de amar el dinero y usar a las personas. Nuestros hijos e hijas necesitan aprender a ser honestos desde pequeños, lo que significa que los llevemos a decidir que en familia vamos a conducirnos con rectitud, justicia y honradez frente a los desafíos que nos plantea la realidad; quiere decir que no vamos a mentir, robar, engañar o hacer trampa, aun cuando esto nos pueda producir algún beneficio. Debemos asegurarnos que nuestras siguientes generaciones no se conformen con arrebatar las ganancias de otros, sino enseñarles a producir el dinero al aprovechar sus talentos y su creatividad, de manera que el dinero les provea de bienestar, alegría y satisfacciones en vez de calamidades y vergüenza. Vigilemos lo que nuestros hijos reciben y envían cuando están usando sus dispositivos electrónicos, debemos enseñarles a respetar la integridad de los demás y no tomar ventaja de los más vulnerables, para que algo tan provechoso como el internet, no se convierta en un peligro para ellos.

Por último, mis queridos lectores, les dejo con un pensamiento desafiante de la querida Mafalda: “La honestidad es un regalo muy caro, no lo esperes de gente barata.”

Gracias por su amable compañía y… ¡hasta la próxima!

elsitacruzita@gmail.com