/ sábado 29 de agosto de 2020

Educación en casa

En los últimos dos días he estado muy ocupada indagando entre mis conocidos acerca de sus primeras experiencias con el inicio del nuevo ciclo escolar en la modalidad de educación en casa, la verdad he escuchado toda clase de inconvenientes que han enfrentado las familias al quererse conectar a las páginas de internet para trabajar con los maestros de sus hijos.

Otros más me refieren que no han encontrado los canales de televisión donde se transmiten las clases porque en su sistema de televisión por cable los canales cambian de numeración, lo que ha generado confusiones.

También hay quienes comentan que no tienen a alguien idóneo que supervise a los hijos durante las actividades escolares porque tienen que salir a trabajar y hay algunos que no cuentan con los dispositivos electrónicos necesarios para llevar a cabo tan importante y ardua tarea, por eso algunos padres de familia ven este reto de educar a los hijos en casa como un mero requisito o una simulación que no puede asegurar el logro de los aprendizajes esperados.

Esta información a mí me preocupa, porque los padres se sienten frustrados al no estar seguros de poder brindarles todas las condiciones necesarias a sus hijos para que aprendan bien. Imagínese usted, si dentro del salón de clases a veces se complica tener al grupo atento a lo que comparte el maestro o que se queden sentados y terminen los ejercicios, estar detrás de un teléfono o una tablet se convierte en una tarea titánica porque se trata de conectar a 30 alumnos en 30 diferentes casas, con sus problemas, sus necesidades en medio de ambientes muy tóxicos y por demás inadecuados para que los pequeños aprendan.

Me gusta mucho el conocido refrán: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar a mundo”, porque es realmente lo que un menor necesita para tener mejores oportunidades de vida que sus padres y abuelos, pero si no estamos conscientes de cómo utilizar esa arma poderosa, la podremos tener a nuestro alcance sin servirnos de nada.

Es verdad que en muchos hogares hay limitaciones financieras para cubrir las necesidades más importantes de la familia, tocará dar prioridad a la educación de nuestros hijos e hijas, por lo que será necesario economizar en otras áreas que no son esenciales en la casa para entonces poder adquirir lo que sí es indispensable y así ellos se sigan superando.

Anoche estaba mirando un video de Facebook en el que una alumna estaba conectada con su maestro, pero lo único que se escuchaba en el video era la discusión y pelea que los padres estaban protagonizando en uno de los pasillos de la casa, lo que hacía imposible iniciar con la clase, lo más triste de este video, es que ese ambiente tóxico y estresante es el “pan de cada día” para muchos alumnos en México.

Algo que nuestros niños y niñas necesitan para aprender bien en casa es contar con un buen ambiente en el hogar, en el que se eviten las discusiones frente a los hijos, en el que todos bajen la voz y aprendan a hablar con ternura, con palabras propias y anteponiendo la salud mental de los pequeños antes de querer salirse con la suya. Es el papel de los padres garantizar la armonía, la tranquilidad y el entorno propicio para que todos los alumnos puedan ser creativos, analíticos y felices.

Debemos asegurarnos que este tiempo de educación en casa quede grabado en la memoria de las siguientes generaciones, si bien es cierto que esta temporada ha sido por demás extraña y peligrosa, pero si todos trabajamos con amor y paciencia se podrá convertir en la mejor oportunidad para crecer y madurar como familia. ¡Recuerde que educar la mente sin educar el corazón, no es educación en absoluto!

¡Les deseo mucho éxito en esta tarea y hasta la próxima!


En los últimos dos días he estado muy ocupada indagando entre mis conocidos acerca de sus primeras experiencias con el inicio del nuevo ciclo escolar en la modalidad de educación en casa, la verdad he escuchado toda clase de inconvenientes que han enfrentado las familias al quererse conectar a las páginas de internet para trabajar con los maestros de sus hijos.

Otros más me refieren que no han encontrado los canales de televisión donde se transmiten las clases porque en su sistema de televisión por cable los canales cambian de numeración, lo que ha generado confusiones.

También hay quienes comentan que no tienen a alguien idóneo que supervise a los hijos durante las actividades escolares porque tienen que salir a trabajar y hay algunos que no cuentan con los dispositivos electrónicos necesarios para llevar a cabo tan importante y ardua tarea, por eso algunos padres de familia ven este reto de educar a los hijos en casa como un mero requisito o una simulación que no puede asegurar el logro de los aprendizajes esperados.

Esta información a mí me preocupa, porque los padres se sienten frustrados al no estar seguros de poder brindarles todas las condiciones necesarias a sus hijos para que aprendan bien. Imagínese usted, si dentro del salón de clases a veces se complica tener al grupo atento a lo que comparte el maestro o que se queden sentados y terminen los ejercicios, estar detrás de un teléfono o una tablet se convierte en una tarea titánica porque se trata de conectar a 30 alumnos en 30 diferentes casas, con sus problemas, sus necesidades en medio de ambientes muy tóxicos y por demás inadecuados para que los pequeños aprendan.

Me gusta mucho el conocido refrán: “La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar a mundo”, porque es realmente lo que un menor necesita para tener mejores oportunidades de vida que sus padres y abuelos, pero si no estamos conscientes de cómo utilizar esa arma poderosa, la podremos tener a nuestro alcance sin servirnos de nada.

Es verdad que en muchos hogares hay limitaciones financieras para cubrir las necesidades más importantes de la familia, tocará dar prioridad a la educación de nuestros hijos e hijas, por lo que será necesario economizar en otras áreas que no son esenciales en la casa para entonces poder adquirir lo que sí es indispensable y así ellos se sigan superando.

Anoche estaba mirando un video de Facebook en el que una alumna estaba conectada con su maestro, pero lo único que se escuchaba en el video era la discusión y pelea que los padres estaban protagonizando en uno de los pasillos de la casa, lo que hacía imposible iniciar con la clase, lo más triste de este video, es que ese ambiente tóxico y estresante es el “pan de cada día” para muchos alumnos en México.

Algo que nuestros niños y niñas necesitan para aprender bien en casa es contar con un buen ambiente en el hogar, en el que se eviten las discusiones frente a los hijos, en el que todos bajen la voz y aprendan a hablar con ternura, con palabras propias y anteponiendo la salud mental de los pequeños antes de querer salirse con la suya. Es el papel de los padres garantizar la armonía, la tranquilidad y el entorno propicio para que todos los alumnos puedan ser creativos, analíticos y felices.

Debemos asegurarnos que este tiempo de educación en casa quede grabado en la memoria de las siguientes generaciones, si bien es cierto que esta temporada ha sido por demás extraña y peligrosa, pero si todos trabajamos con amor y paciencia se podrá convertir en la mejor oportunidad para crecer y madurar como familia. ¡Recuerde que educar la mente sin educar el corazón, no es educación en absoluto!

¡Les deseo mucho éxito en esta tarea y hasta la próxima!