/ domingo 14 de enero de 2024

EL DOLOR FRENTE A LA PERDIDA DE UN SER QUERIDO

La muerte es la última etapa de nuestra vida terrenal, es un acto igualitario, universal y también inevitable, sin importar condición social, religión, el final es parte de nuestra vida. El duelo es una de las experiencias de la vida que más marca a los seres humanos y sin embargo es un tema tabú que debe ser hablado y meditado, como decía la psicóloga Marie Langer “cuando expresamos lo que tememos, deja de ser peligroso”.

La muerte no se puede ligar a la voluntad de Dios, la muerte es parte de nuestra condición frágil y vulnerable, es un error decir o afirmar que así lo quiso Dios. Dios es un Dios de vivos lo dice la Sagrada Escritura y no de muertos, desgraciadamente nuestro cuerpo se corrompe, es decir, enferma, envejece y muere, pero el Alma, es Espíritu que nos hace ser imagen y semejanza de Dios y que regresa con su creador. La muerte ha perdido su poder y su victoria porque Cristo murió y resucito y ha vencido a la muerte. Jesucristo ha develado su misterio, la muerte es una pascua, un paso a la vida eterna, nuestros difuntos descansan en Paz.

Tres acciones y actitudes que debemos tener cuando alguien cercano está a punto de morir.

PRIMERO: Otorgar tiempo de calidad a la persona, desde la ternura y misericordia y cuando la medicina no puede hacer nada más, es ahí donde los familiares transmiten su amor a través de los cuidados, así como el nacimiento es un acto milagroso y bello que se gesta desde el amor y la aceptación, así es el final de nuestra vida sintiéndonos acompañados del amor y la ternura por los seres que nos han amado.

SEGUNDO: La comunicación entre la familia es un acto de solidaridad para el enfermo, no debemos transmitirle angustia, ni malestar, ni descontrol, sino calma y tranquilidad, evitar discusiones frente al enfermo que agoniza ya que muchas veces pensamos que no escucha o que está ausente de los que gira a su alrededor, pero hay que recordar que hasta él bebe en el vientre materno se conecta con las emociones de mama y el entorno, el alma solo descansa en la paz.

TERCERO: Nuestra vida se compone de rituales, como el periodo de gestación es un ritual de formación dentro del vientre materno, nuestra niñez y su aprendizaje, la juventud y la madurez con sus enseñanzas, lo mismo es la vejez con el proceso de la muerte. El dolor por la pérdida de alguien no es una enfermedad ni un problema que hay que solucionar, la muerte no es para lamentar sino para reflexionar pues con la muerte debemos pensar en la vida.

EL DUELO solo se sana de dos maneras; Llorando y Orando, Llorar es el diseño del alma para sacar el dolor y es necesario llorar lo suficiente hasta que te sientas mejor, Orar es la manera sublime de poner en las manos de Dios el Espíritu de nuestros seres queridos. Nuestro Señor Jesucristo dijo Yo soy el camino, la verdad y la vida esta es nuestra esperanza que nos debe mover y cuando caminas lastimado por el sendero, Jesucristo es el buen pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja herida, la muerte es un momento de tiniebla y oscuridad, pero al final del camino nos encontraremos en esa claridad donde resplandece la Gloria de Dios. Con el más sincero respeto para los que en este momento han perdido un ser querido y atraviesan esos caminos oscuros donde se debate la tristeza y la alegría que Dios fortalezca y reconstruya el Alma.

La muerte es la última etapa de nuestra vida terrenal, es un acto igualitario, universal y también inevitable, sin importar condición social, religión, el final es parte de nuestra vida. El duelo es una de las experiencias de la vida que más marca a los seres humanos y sin embargo es un tema tabú que debe ser hablado y meditado, como decía la psicóloga Marie Langer “cuando expresamos lo que tememos, deja de ser peligroso”.

La muerte no se puede ligar a la voluntad de Dios, la muerte es parte de nuestra condición frágil y vulnerable, es un error decir o afirmar que así lo quiso Dios. Dios es un Dios de vivos lo dice la Sagrada Escritura y no de muertos, desgraciadamente nuestro cuerpo se corrompe, es decir, enferma, envejece y muere, pero el Alma, es Espíritu que nos hace ser imagen y semejanza de Dios y que regresa con su creador. La muerte ha perdido su poder y su victoria porque Cristo murió y resucito y ha vencido a la muerte. Jesucristo ha develado su misterio, la muerte es una pascua, un paso a la vida eterna, nuestros difuntos descansan en Paz.

Tres acciones y actitudes que debemos tener cuando alguien cercano está a punto de morir.

PRIMERO: Otorgar tiempo de calidad a la persona, desde la ternura y misericordia y cuando la medicina no puede hacer nada más, es ahí donde los familiares transmiten su amor a través de los cuidados, así como el nacimiento es un acto milagroso y bello que se gesta desde el amor y la aceptación, así es el final de nuestra vida sintiéndonos acompañados del amor y la ternura por los seres que nos han amado.

SEGUNDO: La comunicación entre la familia es un acto de solidaridad para el enfermo, no debemos transmitirle angustia, ni malestar, ni descontrol, sino calma y tranquilidad, evitar discusiones frente al enfermo que agoniza ya que muchas veces pensamos que no escucha o que está ausente de los que gira a su alrededor, pero hay que recordar que hasta él bebe en el vientre materno se conecta con las emociones de mama y el entorno, el alma solo descansa en la paz.

TERCERO: Nuestra vida se compone de rituales, como el periodo de gestación es un ritual de formación dentro del vientre materno, nuestra niñez y su aprendizaje, la juventud y la madurez con sus enseñanzas, lo mismo es la vejez con el proceso de la muerte. El dolor por la pérdida de alguien no es una enfermedad ni un problema que hay que solucionar, la muerte no es para lamentar sino para reflexionar pues con la muerte debemos pensar en la vida.

EL DUELO solo se sana de dos maneras; Llorando y Orando, Llorar es el diseño del alma para sacar el dolor y es necesario llorar lo suficiente hasta que te sientas mejor, Orar es la manera sublime de poner en las manos de Dios el Espíritu de nuestros seres queridos. Nuestro Señor Jesucristo dijo Yo soy el camino, la verdad y la vida esta es nuestra esperanza que nos debe mover y cuando caminas lastimado por el sendero, Jesucristo es el buen pastor que lleva sobre sus hombros a la oveja herida, la muerte es un momento de tiniebla y oscuridad, pero al final del camino nos encontraremos en esa claridad donde resplandece la Gloria de Dios. Con el más sincero respeto para los que en este momento han perdido un ser querido y atraviesan esos caminos oscuros donde se debate la tristeza y la alegría que Dios fortalezca y reconstruya el Alma.