/ domingo 19 de noviembre de 2023

El Feliz, hace Feliz

Si la persona tiene resistencia a la insulina y una elevada producción de cortisol, o bien insomnio. Sus niveles de serotonina estarán muy bajos, por lo que su capacidad de percibir la felicidad ya no dependerá exclusivamente de sentirse satisfecha consigo misma y de lo que la vida le presenta día con día, pero si no tiene ninguna disfunción en su salud, entonces su falta de felicidad tiene su origen: espiritual, psicológico o patológico. VEAMOS…

El concepto de felicidad no es una palabra exclusiva del cristianismo, desde los orígenes de la filosofía ha sido un tema que se ha tratado de explicar o definir.

Para el filósofo Platón ser feliz es lograr ser virtuoso, tener sabiduría y valentía, pero sobre todo ser justo para colaborar unos a otros haciendo lo que nos corresponde pues en esto consistirá la política: que la felicidad del ser humano se reflejara en la felicidad para una ciudad. Por otro lado el discípulo Aristóteles percibe la felicidad como la sabiduría, la prudencia que nos lleva a aceptar las cosas que no podemos cambiar y cambiar las cosas por las que si tenemos poder, por ejemplo, una persona que sabe tomar decisiones y logra alcanzar sus metas, para Aristóteles es una persona feliz, hoy pensamos mucho en los resultados de éxito o fracaso, pero se nos olvida centrar nuestra atención y mirada en los procesos que tenemos y llevamos ya que estos son las causas de los resultados que conseguimos.

Otro gran filósofo que influyo grandemente en este tema fue Epicuro, quien falleció en el año 270 a.C. dos factores que determinan nuestro grado de felicidad: el Placer y el dolor. El primero nos acerca a ella, mientras que el segundo nos aleja de la misma. De este modo el filósofo determina que la clave de una vida feliz es conseguir acumular la mayor cantidad de placer mientras reducimos al máximo el dolor. En cambio el filósofo Seneca que falleció en el año 65 d.C. nos dice que para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás, la fama o el dinero no es la meta de nuestra vida pues la felicidad no está determinada por el éxito, por ejemplo: alcanzar un objeto no nos hace feliz a largo plazo, es verdad que al hacerlo eleva nuestros niveles de bienestar pero en realidad dura poco ese estado de satisfacción.

Hoy se sabe que las personas felices tienen más relaciones íntimas solidas ya sea de índole románticas, familiares, de amistad o laborales. Una persona feliz normalmente se encuentra estable en sus espacios de vida, es verdad que a veces surgen diferencias, desacuerdos sin embargo esas relaciones siguen siendo prioridad y buscan encontrar nuevamente la paz y armonía en ellas. En el mundo de hoy con la tecnología las relaciones reales pasan a un segundo plano y vivimos en relaciones virtuales o de comunicación a distancia y esto no nos está ayudando pues la presencia física es muy importante para la felicidad.

Síntomas de una persona feliz. Se da tiempo para socializar y disfruta mucho estar con las personas que ama y son importantes, Evita comer solo pues por salud siempre es importante comer acompañado. La persona feliz piensa más en los demás y no se centra en sí mismo, busca siempre cubrir la necesidad del otro, es siempre agradecido y aprecia lo que tiene, es amable y sencillo con el que no tiene. Se da momentos de silencio para meditar, rezar, caminar o simplemente contemplar la naturaleza mientras disfruta el café.

Si la persona tiene resistencia a la insulina y una elevada producción de cortisol, o bien insomnio. Sus niveles de serotonina estarán muy bajos, por lo que su capacidad de percibir la felicidad ya no dependerá exclusivamente de sentirse satisfecha consigo misma y de lo que la vida le presenta día con día, pero si no tiene ninguna disfunción en su salud, entonces su falta de felicidad tiene su origen: espiritual, psicológico o patológico. VEAMOS…

El concepto de felicidad no es una palabra exclusiva del cristianismo, desde los orígenes de la filosofía ha sido un tema que se ha tratado de explicar o definir.

Para el filósofo Platón ser feliz es lograr ser virtuoso, tener sabiduría y valentía, pero sobre todo ser justo para colaborar unos a otros haciendo lo que nos corresponde pues en esto consistirá la política: que la felicidad del ser humano se reflejara en la felicidad para una ciudad. Por otro lado el discípulo Aristóteles percibe la felicidad como la sabiduría, la prudencia que nos lleva a aceptar las cosas que no podemos cambiar y cambiar las cosas por las que si tenemos poder, por ejemplo, una persona que sabe tomar decisiones y logra alcanzar sus metas, para Aristóteles es una persona feliz, hoy pensamos mucho en los resultados de éxito o fracaso, pero se nos olvida centrar nuestra atención y mirada en los procesos que tenemos y llevamos ya que estos son las causas de los resultados que conseguimos.

Otro gran filósofo que influyo grandemente en este tema fue Epicuro, quien falleció en el año 270 a.C. dos factores que determinan nuestro grado de felicidad: el Placer y el dolor. El primero nos acerca a ella, mientras que el segundo nos aleja de la misma. De este modo el filósofo determina que la clave de una vida feliz es conseguir acumular la mayor cantidad de placer mientras reducimos al máximo el dolor. En cambio el filósofo Seneca que falleció en el año 65 d.C. nos dice que para ser feliz hay que vivir en guerra con las propias pasiones y en paz con las de los demás, la fama o el dinero no es la meta de nuestra vida pues la felicidad no está determinada por el éxito, por ejemplo: alcanzar un objeto no nos hace feliz a largo plazo, es verdad que al hacerlo eleva nuestros niveles de bienestar pero en realidad dura poco ese estado de satisfacción.

Hoy se sabe que las personas felices tienen más relaciones íntimas solidas ya sea de índole románticas, familiares, de amistad o laborales. Una persona feliz normalmente se encuentra estable en sus espacios de vida, es verdad que a veces surgen diferencias, desacuerdos sin embargo esas relaciones siguen siendo prioridad y buscan encontrar nuevamente la paz y armonía en ellas. En el mundo de hoy con la tecnología las relaciones reales pasan a un segundo plano y vivimos en relaciones virtuales o de comunicación a distancia y esto no nos está ayudando pues la presencia física es muy importante para la felicidad.

Síntomas de una persona feliz. Se da tiempo para socializar y disfruta mucho estar con las personas que ama y son importantes, Evita comer solo pues por salud siempre es importante comer acompañado. La persona feliz piensa más en los demás y no se centra en sí mismo, busca siempre cubrir la necesidad del otro, es siempre agradecido y aprecia lo que tiene, es amable y sencillo con el que no tiene. Se da momentos de silencio para meditar, rezar, caminar o simplemente contemplar la naturaleza mientras disfruta el café.