Hemos visto un país, con muchos problemas sociales sobre todo de inseguridad, violencia y delincuencia, en este momento hay mucho dolor, hay mucho duelo al interior de las familias, necesitamos volver o retornar a la inocencia del pesebre donde nace la luz que debe brillar en nuestros corazones. La única manera de transformar una realidad tan decadente es desde el amor y la justicia, desde la paz y la esperanza que brota del nacimiento de Cristo.
El papa Francisco invita a pedir a la virgen maría “virgen de la dulce espera” que nos enseñe a velar y orar para no distraernos en el seguimiento de su hijo y poder descubrir su presencia salvadora en los acontecimientos de nuestra vida cotidiana.
Cuatro expresiones para reflexionar en el saludo del Ángel a María, que son cuatro principios básicos de nuestra vida; Alegría, Confianza, Seguridad, Fecundidad.
ALEGRATE MARIA, es lo primero que Escucha de Dios, entre nosotros falta alegría y cuando se pierde la alegría la fe pierde su frescura, la cordialidad desaparece, es urgente despertar la alegría en nuestras vidas, La alegría es una emoción que se expresa en la sonrisa, y sin ella no hay amabilidad.
EL SEÑOR ESTA CONTIGO, la alegría solo puede nacer desde la confianza en Dios, de saber que no estamos huérfanos y que vivimos invocando cada día a un Dios padre que nos acompaña, nos defiende y busca siempre el bien de todo ser humano. Dios está contigo en este momento no importa tu situación, sea la gracia o el pecado, el duelo o la tristeza y aun en medio de los problemas cotidianos no estamos solos aunque muchas veces desconcertados y perdidos, Jesús es el buen pastor que nos busca y contamos con su aliento y comprensión. El Dios con nosotros no nos abandona y con el todo es posible.
NO TEMAS. Son muchos los miedos que nos paralizan a los seguidores de Jesús, miedo al mundo moderno y a una sociedad descreída, miedo a un futuro incierto, el miedo que nos impide caminar hacia el futuro con Esperanza. No tengas miedo a compartir lo mejor de ti, a entregar a Dios lo que más amas, al hijo, a la mama, al papa, al amigo que perdiste, que murió y que en medio del dolor no estará ni compartirá esta Noche Buena contigo.
DARÁS A LUZ UN HIJO Y LE PONDRAS POR NOMBRE JESUS. También a nosotros, como a María se nos confía una misión: el poder contribuir a poner luz en medio de la noche a ser instrumentos de Paz y que donde haya odio llevemos amor, donde haya ofensa, llevemos perdón. Donde haya discordia llevemos la unión, Donde haya duda, llevemos la fe y donde haya tiniebla, llevemos la Luz.
Esta navidad estaremos celebrando con Esperanza y Alegría el acontecimiento más noble y humilde de nuestra doctrina y nuestra fe, el Saber que en la humildad de un pesebre, el Creador se hizo Criatura e instauro un nuevo Reino desde el amor, la Justicia y la Paz. Hoy más que nunca necesitamos meditar en el misterio de la encarnación, para que nuestras palabras, emociones, sentimientos más nobles, puedan encarnarse y hacerse presente en nuestra vida cotidiana.
