/ domingo 18 de julio de 2021

FE Y RAZÓN

Pbro. Ángel Amador Quezada. De la sencillez a la gloria



Padre Ángel Amador Quezada nació en Veracruz el primero de octubre de 1978, se ordenó sacerdote el 14 de marzo de 2010 en Mexicali, Baja California y el pasado viernes 16 de julio del presente año 2021 fallece y fue llamado a la casa del Padre Celestial, de la sencillez a la Gloria. Descansa en Paz.

Un hombre de baja estatura, pero grande en su entrega, servicio y generosidad. Un hombre de pocas palabras y hasta con cierta timidez en su mirar, pero profundo al momento de predicar. Siempre sencillo al hablar y al saludar, siempre atento y siempre amable. Un sacerdote consciente de su ministerio y entrega, humilde y cercano a los más pobres. Nunca ostentó ser quien no era, amaba el sacerdocio, la Eucaristía y la Oración. Recientemente fue nombrado como encargado de liberaciones ante presencias oscuras.

El Padre Ángel, como se le conocía, fue un gran colaborador del Padre Agustín Partida y quien después continuó los trabajos de construcción y remodelación del Templo San Francisco y San Felipe de Jesús, que se ubica en nuestra ciudad de San Luis Río Colorado en la calle Tuxpan y 27, colonia Reforma. Dos grandes Santos de Nuestra Madre Iglesia llevan como Patrones esta comunidad de la colonia Reforma, el primero San Francisco de Asís, quien murió el tres de octubre de 1226, gran reformador de nuestra Iglesia en la virtud de la pobreza a semejanza de Jesucristo. Y San Felipe de Jesús, primer Santo Mexicano que murió como mártir el cinco de febrero de 1597 en Nagasaki, Japón.

Padre Ángel, a pesar que naciste en el otro extremo de nuestro país, Dios te trajo a estas tierras como un misionero a la entrega de su pueblo, todos los sacramentos celebrados bautismos, comuniones, confirmaciones y matrimonios, todos los enfermos asistidos y confesiones que te llevaste con gran sigilo y misericordia, te recordarán en la memoria y en la historia de nuestra Diócesis.

En un mundo como hoy, donde hacen falta corazones y pensamientos que promuevan y manifiesten el amor al prójimo, la misericordia y el bien común, tu liderazgo y entrega quedarán para siempre grabados. Descansa en Paz, tú eres Sacerdote para la eternidad.

Dios otorgue el consuelo, esperanza y fortaleza a tu familia y a quienes te amaron.

Dios te Bendiga y te guarde en la eternidad.

Pbro. Ángel Amador Quezada. De la sencillez a la gloria



Padre Ángel Amador Quezada nació en Veracruz el primero de octubre de 1978, se ordenó sacerdote el 14 de marzo de 2010 en Mexicali, Baja California y el pasado viernes 16 de julio del presente año 2021 fallece y fue llamado a la casa del Padre Celestial, de la sencillez a la Gloria. Descansa en Paz.

Un hombre de baja estatura, pero grande en su entrega, servicio y generosidad. Un hombre de pocas palabras y hasta con cierta timidez en su mirar, pero profundo al momento de predicar. Siempre sencillo al hablar y al saludar, siempre atento y siempre amable. Un sacerdote consciente de su ministerio y entrega, humilde y cercano a los más pobres. Nunca ostentó ser quien no era, amaba el sacerdocio, la Eucaristía y la Oración. Recientemente fue nombrado como encargado de liberaciones ante presencias oscuras.

El Padre Ángel, como se le conocía, fue un gran colaborador del Padre Agustín Partida y quien después continuó los trabajos de construcción y remodelación del Templo San Francisco y San Felipe de Jesús, que se ubica en nuestra ciudad de San Luis Río Colorado en la calle Tuxpan y 27, colonia Reforma. Dos grandes Santos de Nuestra Madre Iglesia llevan como Patrones esta comunidad de la colonia Reforma, el primero San Francisco de Asís, quien murió el tres de octubre de 1226, gran reformador de nuestra Iglesia en la virtud de la pobreza a semejanza de Jesucristo. Y San Felipe de Jesús, primer Santo Mexicano que murió como mártir el cinco de febrero de 1597 en Nagasaki, Japón.

Padre Ángel, a pesar que naciste en el otro extremo de nuestro país, Dios te trajo a estas tierras como un misionero a la entrega de su pueblo, todos los sacramentos celebrados bautismos, comuniones, confirmaciones y matrimonios, todos los enfermos asistidos y confesiones que te llevaste con gran sigilo y misericordia, te recordarán en la memoria y en la historia de nuestra Diócesis.

En un mundo como hoy, donde hacen falta corazones y pensamientos que promuevan y manifiesten el amor al prójimo, la misericordia y el bien común, tu liderazgo y entrega quedarán para siempre grabados. Descansa en Paz, tú eres Sacerdote para la eternidad.

Dios otorgue el consuelo, esperanza y fortaleza a tu familia y a quienes te amaron.

Dios te Bendiga y te guarde en la eternidad.