/ domingo 26 de diciembre de 2021

La cultura de las felices fiestas

La Navidad es una fecha para recordar nuestros valores y celebrar en compañía de la familia y amigos la paz, la solidaridad, la fe y la esperanza. Se puede celebrar la Nochebuena y tener unas felices fiestas sin gastos excesivos o tratando de dar regalos que difícilmente podemos pagar o nos hacen quedar severamente endeudados en las casas comerciales.

Un regalo inapreciable es dar tiempo y atención a los padres y adultos mayores. Realizar por ellos o alguna persona convaleciente o discapacitada, tareas diarias aparentemente insignificantes, pero que a ellos les reditué en más momentos de descanso, que sientan que se les considera, que se les quiere. Asear su casa, su ropa, leerles un poco, escucharlos cuando ellos quieran contar sus anécdotas, sus chistes, etc…

Es una época de pandemia que nos ha golpeado duro a la mayoría. Y aunque algunos no han contraído el virus, son o somos, familiares de alguien que sí lo tuvo y sufre secuelas físicas y estados de ánimo diversos, entre ellos la depresión por no contar como antes con todas sus capacidades al cien por ciento y a veces, por haber perdido su trabajo. Otro resultado del contexto actual o daño colateral es la economía, que fue de más a menos. En casi todos los hogares y empresas de diferentes giros. Es hora de ser cauto con el ingreso familiar. Impedir que nos manipulen emocionalmente para hacer donaciones y si se hacen, sean con total conocimiento de que ese desprendimiento económico que se realizó, llegó a las personas realmente realmente necesitadas. Dejar atrás los mitos de que serás recompensado en la medida que ayudas. La única manera honesta de salir adelante es trabajando y ahorrando un poco cada día y es bueno ser empático, pero no dejar desprotegida la seguridad y la mesa familiar por quedar bien con los demás o ser socialmente aceptado por personas, grupos o líderes.

El saber que en cualquier momento podemos contraer el virus, pasarlo muy mal y hasta morir, nos debe hacer apreciar con más empeño la salud, física, afectiva y económicamente hablando. Podemos disfrutar la Natividad en casa, compartiendo con nuestros seres queridos igual que todos los días, el pan y la sal. Saber cuál es el verdadero significado del espíritu de la Navidad es primordial. Si lo comprendemos, estaremos más tranquilos y felices.


La Navidad es una fecha para recordar nuestros valores y celebrar en compañía de la familia y amigos la paz, la solidaridad, la fe y la esperanza. Se puede celebrar la Nochebuena y tener unas felices fiestas sin gastos excesivos o tratando de dar regalos que difícilmente podemos pagar o nos hacen quedar severamente endeudados en las casas comerciales.

Un regalo inapreciable es dar tiempo y atención a los padres y adultos mayores. Realizar por ellos o alguna persona convaleciente o discapacitada, tareas diarias aparentemente insignificantes, pero que a ellos les reditué en más momentos de descanso, que sientan que se les considera, que se les quiere. Asear su casa, su ropa, leerles un poco, escucharlos cuando ellos quieran contar sus anécdotas, sus chistes, etc…

Es una época de pandemia que nos ha golpeado duro a la mayoría. Y aunque algunos no han contraído el virus, son o somos, familiares de alguien que sí lo tuvo y sufre secuelas físicas y estados de ánimo diversos, entre ellos la depresión por no contar como antes con todas sus capacidades al cien por ciento y a veces, por haber perdido su trabajo. Otro resultado del contexto actual o daño colateral es la economía, que fue de más a menos. En casi todos los hogares y empresas de diferentes giros. Es hora de ser cauto con el ingreso familiar. Impedir que nos manipulen emocionalmente para hacer donaciones y si se hacen, sean con total conocimiento de que ese desprendimiento económico que se realizó, llegó a las personas realmente realmente necesitadas. Dejar atrás los mitos de que serás recompensado en la medida que ayudas. La única manera honesta de salir adelante es trabajando y ahorrando un poco cada día y es bueno ser empático, pero no dejar desprotegida la seguridad y la mesa familiar por quedar bien con los demás o ser socialmente aceptado por personas, grupos o líderes.

El saber que en cualquier momento podemos contraer el virus, pasarlo muy mal y hasta morir, nos debe hacer apreciar con más empeño la salud, física, afectiva y económicamente hablando. Podemos disfrutar la Natividad en casa, compartiendo con nuestros seres queridos igual que todos los días, el pan y la sal. Saber cuál es el verdadero significado del espíritu de la Navidad es primordial. Si lo comprendemos, estaremos más tranquilos y felices.


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